Tala de árboles, hormigón y sequía: una paradoja española

07.03.2023

En Torrelodones, mi pueblo, se están talando sin sentido árboles delante de mis narices, como inicio de un megalómano proyecto de edificación. Este febril saqueo está en contradicción con las necesidades más acuciantes de España: contrarrestar la sequía y la desertificación mediante la gestión sostenible y responsable de la naturaleza. 

Autora: Kathelijne Bonne. Edición española: Silvia Zuleta Romano. (todas las fotos e imagenes en este arículo pueden ser publicadas sin pedir permiso)

Torrelodones (Mona2r/Wikipedia).
Torrelodones (Mona2r/Wikipedia).

En España las urbanizaciones se colocan como miniciudades prefabricadas en los últimos rincones de naturaleza virgen, causando su fragmentación y deterioro. El hormigón para la pavimentación, los vallados, los aparcamientos y las aceras están incluidos en el diseño de estas edificaciones, y cualquier árbol que se atreva a interponerse, protegido o no, cae. ¿Hay conciencia de la amenaza del cambio climático y la desertificación, y de la necesidad de valorar y proteger cada árbol, especialmente en un clima semiárido propenso a la sequía? Exponemos una mirada crítica al impulso de la construcción depredadora y la tala de árboles en España, y te explicamos por qué es mejor que dejemos en pie los árboles maduros.

Nueva urbanización en Las Marías, Torrelodones

Cada vez aparecen más expresiones de indignación en las redes sociales ante el faraónico proyecto de construcción de unos 300 chalets de lujo amurallados y con piscinas y zona de tenis que costaran entre 500.000 y 2.000.000 de euros cada uno. Esta nueva obra de Las Marías se encuentra en un paraje de naturaleza virgen, un refugio para fauna y flora silvestre a solo media hora de Madrid. Los márgenes de las calles están delimitados con vallas metálicas para que las excavadoras puedan ya trabajar con rapidez, sin demasiados mirones y testigos.

Punto naranja

Árboles (pinos, encinas y otros) con sentencia de muerte a los bordes de las calles en una parte de la finca. (puntos aproximadamente. K.Bonne)
Árboles (pinos, encinas y otros) con sentencia de muerte a los bordes de las calles en una parte de la finca. (puntos aproximadamente. K.Bonne)

Todos los árboles grandes a lo largo de los bordes de la calle están marcados con un perturbador punto naranja. Son los que hay que talar para construir nuevas aceras limpias que se integrarán perfectamente en los muros de los chalets. En los flamantes senderos, sin embargo, no verás a los propietarios paseando, ya que muchos de ellos cogerán orgullosamente y por defecto el coche (y más cuando no haya árboles que den sombra). Sobre todo, las asistentas 'internas' que pasean a los perros de sus dueños estarán allí sudando y quemándose al sol mientras corren tras los perros.

Contra qué árbol levantarán la pata los perros para orinar, está por ver. ¿Quizás contra las ruedas de los cochazos de los dueños?

¿Paradisíaco lugar con "abundantes árboles"?

Los árboles marcados con un punto naranja son hermosos pinos de las especies Pinus sylvestris y/o Pinus pinea, que forman siluetas imponentes contra el cielo celeste de este rincón de la Comunidad de Madrid. Unos 10 ó 15 pinos ya han sido arrasados. Es un triste acto de ecocidio, ya que al borde de la calle no hubieran molestado, al contrario, hubieran realzado el aspecto general de la nueva urbanización. Se podría haber evitado la tala habilitando rebajes en las aceras que se van a construir. Pero ya desde principios de marzo, sus troncos y ramas yacen ocultos tras una colina dentro de la finca. Unos días después, también los tocones fueron extraídos. Muchos más arboles marcados siguen en pie al lado de las calles, ¿pero hasta cuándo? ¿Podemos salvarlos? Ya no se permite entrar en la finca, pero los paseantes deambulan a escondidas. Ahí adentro, hay más árboles con punto naranja. Y los bloques de granito están adornados con cruces y flechas naranjas de aspecto amenazador (¿para ser dinamitadas?).

Según fuentes en internet, el promotor Grupo Inmobilario MG, que colabora con el constructor neerlandés Ten Brinke y otros, describe la nueva urbanización de lujo de este modo: "Cuenta con un entorno distintivo en donde se destaca un ambiente rocoso y con abundantes árboles. ... La mayoría de sus parcelas cuentan con impresionantes jardines con grandes árboles, piscinas y zona de tenis, además de grandes vistas … quedando enamorado y con ganas de vivir en este paradisíaco lugar."

(Fotos: Los árboles marcados con punto naranja tienen la sentencia de muerte firmada. ¿Vamos a permitir que los talen?)

Publicar el impacto medioambiental

Quizás el Ayuntamiento deba exigir que la constructora haga público cuántos árboles exactamente van a talar, y cómo van a compensar el impacto medioambiental a largo plazo. El deber de transparencia de los gobiernos municipales es crucial para que los vecinos confiemos y quizás es necesario que el Ayuntamiento diga claramente a qué acuerdo ha llegado con la empresa constructora y haga público en su web la información clara con cifras y compromisos concretos. A día de hoy, el ciudadano no sabe con exactitud cuántos árboles se han talado ya (porque los troncos y tocones desaparecen con rapidez), cuántos se talarán en total y como se compensará esa tala. ¿Está el Ayuntamiento vigilando todo este proceso, y haciendo lo posible para conservar el máximo de árboles?

Plantar un mismo número de plantones no es suficiente, como vamos a ver.

No solo los pinos, pero también algunas encinas (Quercus ilex) tienen las horas contadas, aunque yo pensaba que formaban parte del patrimonio natural de España, y si un ciudadano tala una encina en su jardín, recibe una multa.

Cuestión de mentalidad

Sacar fotos, incluso desde la vía pública, no está permitido según los obreros (algunos dan miedo) de la empresa que 'limpia' y prepara el terreno. Uno de los contratistas circula en un jeep negro. Cuando aparca, deja el vehículo en marcha, un acto que no está permitido pero este señor aún no conoce o ignora las nuevas leyes (artículo 46.2 en la Ordenanza de Movilidad Sostenible). 

En resumen, la escena evoca un ambiente de campo de concentración: los prisioneros marcados a la altura del corazón y condenados a muerte, los guardias irrespetuosos de la ley vigilándolo todo. Todo encaja bien con la mentalidad del automovilista que manda.

Y resulta curioso que el principal debate para muchos vecinos siga siendo cómo y dónde crear amplias plazas de aparcamiento y buenas vías de circulación mientras que los molestos árboles obstruyen el paso de los peatones y mientras que los ciclistas son considerados molestos tanto en la calle como en la acera.

Por supuesto, Torrelodones no es una excepción a la regla (y España tampoco) en lo que respecta a la tala de árboles y la adicción al hormigón, pero al menos en mi propio municipio quizás pueda lograr algún efecto. ¿Podrá la acción de los vecinos concienciados con el clima y los amantes de la naturaleza salvar los árboles que aún quedan en pie?

Clima propenso a la sequía

El centro de España padece un clima semiárido inhóspito y un ecosistema delicado propenso a la sequía, la erosión del suelo y la desertización (véase mi artículo anterior sobre el Dust Bowl en España). El clima semiárido puede convertirse en uno semidesértico si no cuidamos bien los bosques y las existencias de árboles que quedan. Aquí llueve poco y el invierno es frío y ventoso. El verano es una guerra de desgaste para los que no tienen aire acondicionado ni piscina, y para los que no siempre quieren coger el coche. Los ricos se quejan del coste del agua para el relleno de las piscinas mientras que los embalses bajan a niveles preocupantes (ver también mi artículo sobre Doñana).

En verano, los meses son secos (casi no llovió desde abril de 2021 a marzo de 2022), y las temperaturas de 40°C no son excepcionales. Hace diez años, las cumbres de la Sierra de Guadarrama seguían cubiertas de nieve durante siete meses (de noviembre a junio). Ahora hay nevadas ocasionales, excepto durante la tormenta de nieve Filomena en enero de 2021, una excusa torpe para los negacionistas de que la Tierra no se está calentando después de todo. La ausencia de nieve en las montañas bajará los niveles de agua y generará aún más calor, porque menos nieve blanca significa menos reflexión de la radiación solar (el llamado efecto albedo).

Mortalidad de los árboles 

En nuestro clima semiárido sólo sobreviven especies de árboles y plantas aptos para este biotopo. Suelen ser árboles y arbustos de crecimiento lento, de hoja perenne y aspecto nudoso, como el pino, la encina, el fresno y la jara. A veces se ven guirnaldas de álamos (chopos) en los valles de montaña, necesitan más agua. Pero como en los últimos años se han secado cada vez más ríos de montaña, muchos álamos están muertos. Sus esqueletos blanquecinos bordean ahora los cauces de los ríos (véase, por ejemplo, Fresnedilla de la Oliva, cerca de las antenas de la NASA). Mientras tanto, la mortalidad de los árboles ya es un fenómeno generalizado, iros a pasear por el Camino del Pardillo en Torrelodones para ver árboles muertos. 

Existe un círculo vicioso: cuanto más cálido y seco es el ambiente, más árboles mueren y más susceptibles a los incendios. Y cuantos menos árboles haya, ya sea por tala, por incendios o por mortalidad arbórea, más seco y cálido será el clima, y más difícil será (o alto el coste) establecer y mantener nuevos plantones.

Sierra de Guadarrama

El pino silvestre por ejemplo está extendido por toda Europa y Asia Central, pero sólo se da en pequeñas manchas en España. La Sierra de Guadarrama todavía alberga una pequeña zona de bosques de pino silvestre relativamente sanos. El pino piñonero (Pinus pinea), también una de las especies arbóreas en el patíbulo de Torrelodones, es más extendido y muy resistente a la sequía y al calor extremo, precisamente por eso es crucial conservarlo. En Torrelodones, en las estribaciones de la Sierra y a media hora de Madrid, es un lujo contar aún con vegetación autóctona y típica. Los pinos, siendo especies pioneras, prosperan bien en los suelos pobres en nutrientes que tenemos aquí. El subsuelo de la Sierra de Guadarrama está formado por roca granítica que aflora en grandes cantos redondeados, y los suelos son inmaduros, arenosos y contienen poco humus. 

La sombra que proyectan los grandes árboles de hoja perenne reduce la evaporación del suelo, permitiendo que permanezca más humedad en él, lo que a su vez ayuda a la vegetación a superar los largos periodos de sequía. Y si el suelo está cubierto de hierbas, gramíneas y plantas será más rico en humus, que retiene tanto los nutrientes como el agua. Dado que muchos árboles ya están muriendo debido al cambio climático, es crucial proteger cada uno que se mantiene en pie.

Imprescindibles árboles y bosques

Los árboles no son organismos aislados. En un ecosistema, todos los organismos están interconectados. Bajo tierra, están conectados con otros árboles, normalmente de la misma especie, e intercambian nutrientes, incluso con árboles enfermos, viejos y jóvenes. Esta conexión se produce a través del internet de la naturaleza, el micelio, es decir, la red de hilos fúngicos (hifas) que recorren el subsuelo. A través de esta red se intercambian nutrientes, minerales y otras sustancias esenciales y se repelen patógenos. A cambio de los servicios de la red, los árboles tienen que dar azúcares a los hongos.

Peter Wohlleben, silvicultor y autor del maravilloso libro 'La vida secreta de los árboles', también explica que los bosques actúan como una bomba que succiona la humedad del océano hacia el interior. Porque todo el agua viene en última instancia del océano, tanto el agua del suelo, como la de la lluvia, la de los ríos y la de nuestro cuerpo. Sin franjas boscosas de cientos de kilómetros de ancho en los bordes de los continentes, el interior se seca inevitablemente. Los bosques son esponjas que retienen la humedad y proporcionan lluvias localizadas. La sequía provocada por la tala de bosques contribuyó al desastre del Dust Bowl en el interior de Estados Unidos, donde los suelos son mucho más fértiles que aquí (lo describí en mi artículo sobre los famosos suelos negros de Ucrania).

Maravillosos árboles

¿Qué más hacen los árboles, sobre todo los grandes? Forman parte del ecosistema general, pero individualmente también son un ecosistema complejo por derecho propio. Son las casas de los pájaros y en su copa, tronco, ramas y raíces viven numerosos insectos y otros invertebrados, plantas, líquenes y microorganismos, como hongos, bacterias y arqueas, todos interactuando entre sí, y manteniendo todo en equilibro. 

El propio árbol rompe el impacto de la lluvia en el suelo y evita su erosión, la humedad que el árbol absorbe y libera frescura en verano, purifican el aire produciendo sustancias químicas que tienen un efecto desinfectante (sobre todo los pinos) y pueden ser la causa de la sensación de felicidad que tenemos en los bosques. Y ni siquiera hemos hablado de que los árboles sacan dióxido de carbono de la atmosfera, como su efecto más conocido. Algunas sustancias químicas que producen los pinos contribuyen incluso a espesar la capa de nubes, reflejando más luz solar al espacio, lo que regula el clima (ver fuentes abajo).

El tamaño importa

Sustituir árboles maduros por plantones en otros lugares como compensación es puro greenwashing en muchos casos. En Torrelodones, en concreto, una campaña de plantación de árboles de este tipo fue un fracaso total. Una ONG plantó pequeños árboles en vainas de plástico y luego los abandonó a su suerte. No queda ni un solo plantón vivo, según se dijo en una reunión con vecinos y el alcalde celebrada el 2 de marzo. Las vainas vacías siguen allí. Pero, aunque los plantones sobrevivan, no reemplazan (rápidamente) los complejos servicios ecosistémicos proporcionados por un bosque natural, que alberga árboles de toda una gama de edades, de los más jovenes recién germinados, a los más viejos y los muertos. 

En el caso de los árboles, el tamaño importa y desde luego en la ciudad y en la calle, tienen un efecto positivo no sólo en la salud y la felicidad, sino también en el vigor de todo un ecosistema. Cuando se deja que los árboles viejos mueran de forma natural y dejan sus troncos, se convierten en alimento para miles de millones de organismos que reciclan y liberan componentes esenciales para que nuevas plantas y animales (y humanos) se alimenten de ellos.

¿Especies invasoras?

Brotes de árbol del cielo en Torrelodones (el único que crece bien durante ola de calor). Están ya talados, pero se desconoce si han compensado la tala (antes había un almendro que también fue talado el año pasado).
Brotes de árbol del cielo en Torrelodones (el único que crece bien durante ola de calor). Están ya talados, pero se desconoce si han compensado la tala (antes había un almendro que también fue talado el año pasado).

La gente se queja en España (y más allá) de la especie invasora Ailanthus, el infame árbol del cielo. Algunos grandes ejemplares maduros plantados fueron talados en Torrelodones con el pretexto de que eran "invasores", pero no se sabe cómo compensaron su desaparición. La mejor forma de controlar las especies invasoras es fomentar la vegetación natural y dejarla en pie. Cuanto más se talan, más avanzan especies invasoras, les ponemos literalmente la alfombra roja. Aunque ninguna especie arbórea, ni siquiera el audaz árbol del cielo, puede competir con las hachas y motosierras de los promotores inmobiliarios adictos a la construcción.

Lee más sobre mi opinión sobre los árboles del cielo en España y cómo están siendo puestos en la picota.

No hormigón, sino árboles

Mientras se vierte abundante hormigón para construir magníficas urbanizaciones, todo sería aún más bonito si la planificación tuviera en cuenta el desarrollo sostenible y la importancia de dejar libre la mayor superficie posible de suelo natural. El hormigón, muy contaminante en su producción debido a sus elevadas emisiones, sella el suelo de modo que la lluvia ya no puede infiltrarse y la vida del suelo muere debajo. Absorbe el calor, creando islas de calor, un problema muy grande en muchas ciudades del mundo.

Dejar los árboles en pie no sólo es bello y bueno para la salud, sino crucial e indispensable para un clima habitable en el futuro. Espero que se permita conservar al menos unos pinos, encinas y fresnos de Torrelodones, borren su punto naranja y que se escuchen las voces de los activistas.

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Fuentes

https://www.grupoinmobiliariomg.es/pages/urbanizacion-las-marias-torrelodones/

https://theconversation.com/why-keeping-one-mature-street-tree-is-far-better-for-humans-and-nature-than-planting-lots-of-new-ones-154114

https://lavidasecretadelosarboles.com/peter-wohlleben/

https://www.bbc.com/future/article/20210908-the-lost-generation-of-ancient-trees

https://www.reevesarbservices.com/services/veteran-tree-care/mature-veteran-ancient-trees-critical-for-environment/

Chemical released by trees can help cool planet, scientists find, https://www.theguardian.com/environment/2008/oct/31/forests-climatechange

https://www.autopista.es/noticias-motor/multa-te-pueden-poner-si-tu-coche-esta-parado-pero-con-motor-encendido_238944_102.html

Artículo escrito por Kathelijne Bonne, geóloga y científica del suelo. 

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