¿Vacas o vuelos? ¿Carne o kilómetros? Una cuestión con impacto

16.06.2025

¿Un solomillo o un vuelo? ¿Tiene la carne más impacto que volar? ¿Quién emite más? ¿Y qué es más fácil dejar, la carne o los vuelos? En este artículo analizamos ambos gigantes de las emisiones y desentrañamos por qué nos hemos convertido en esclavos de ellos. Pero, en realidad, quiero llegar a lo siguiente: ¿los consumidores habituales de carne emiten más que los pasajeros de avión? ¿Cuántos trozos de carne hay que dejar de comer para compensar un vuelo?

Escrito por Kathelijne Bonne y editado en español por Silvia Zuleta RomanoGondwanaTalks requiere un esfuerzo inmenso. Considera hacer una donación, por pequeña que sea.

Personalmente, me parece que es más fácil comer menos carne que dejar de volar. Viajar barato y cómodo en tren aún no parece una opción viable para todos. Solo una pequeña parte de la población puede permitirse billetes de tren más caros y pasar varios días de viaje hasta llegar a su destino.

De hecho, el coste real de volar es más caro que viajar en tren, pero miles de millones de dinero de los contribuyentes mantienen los aviones en el aire mediante subvenciones. Transportan a las masas a países de vacaciones o a oficinas anónimas donde, al parecer, los cuerpos son indispensables.

Volar, un sueño ancestral del ser humano, está ahora dentro a nuestro alcance con un clic. La mayoría ha olvidado lo increíble que es, que sea posible volar. Cuando vuelo, intento no olvidar el asombro y el respeto que sentí durante mi primer vuelo, hace siglos.

Absurdo pero cierto, volé de Bruselas a Amberes, un bautismo aéreo con la escuela. En una época en la que la mayoría de los jóvenes de mi entorno y de mi clase social, si se me permite usar esa etiqueta, nunca habían volado.

Por entonces no tenía ni idea de que no solo las emisiones, sino también la carne, tenían un impacto en el medio ambiente, aunque nunca fui una gran consumidora de carne, quizá por mi temprano amor por los animales. Pero también tenía un ansia para explorar y viajar.

Emisiones de lujo y carne machista

Que sea posible volar es, en sí mismo, algo admirable. Quizá podamos pensar en alternativas.
Que sea posible volar es, en sí mismo, algo admirable. Quizá podamos pensar en alternativas.

Nuestra huella ecológica es compleja y está determinada por muchos factores. A parte del hormigón, volar y comer carne están entre las actividades que más pesan. Ambas son fuentes de emisiones de lujo ya que podemos vivir sin ellos. Nos hemos apropiado del consumo de ambas como un derecho innato e inalienable.

El coche nos dio una libertad sin precedentes. Volar ha elevado esa libertad a un nivel estratosférico. El cielo es el límite. Mientras tanto, el consumo de carne está profundamente arraigado en la cultura y la tradición. Por comodidad, hemos olvidado que nuestros antepasados comían mucha menos carne. E incluso en la prehistoria no éramos tan buenos cazadores ni carnívoros como se piensa. Sin embargo, la imagen carnívora del poderoso cazador se ha infiltrado en el tejido de la cultura machista (un hombre de verdad come carne). De alguna manera, todos nos hemos convertido en esclavos de una sociedad que nos empuja a consumir sin pensar y sin medida. Sea cual sea la psicología que hay detrás, las cifras no mienten.

Pastores con vacas, Aelbert Cuyp, 1655
Pastores con vacas, Aelbert Cuyp, 1655

Emisiones en cifras

De media, un kilómetro de vuelo por pasajero genera unas emisiones de 0,15 kg del equivalente (*) de dióxido de carbono (CO₂e) (media para vuelos de larga y corta distancia). Un pasajero en clase turista en un vuelo de Madrid a Bruselas (unos 1300 km) genera una media de 195 kg de CO₂e.

(*) ¿Qué es el "equivalente de CO₂" (CO₂e)? Es una medida que se utiliza para comparar las emisiones de diferentes gases de efecto invernadero y expresarlas en términos de su efecto sobre el calentamiento global, en comparación con el dióxido de carbono (CO₂). Dado que gases como el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O) tienen un efecto de calentamiento mucho más potente que el CO₂, su impacto se convierte a un equivalente de CO₂. 1 kg de metano (CH₄) ≈ 25 kg de CO₂e. 1 kg de gas hilarante (N₂O) ≈ 298 kg de CO₂e.

¿Y las emisiones de la carne? La producción de 1 kg de carne de vacuno genera aproximadamente 100 kg de CO₂e, mientras que la de carne de cerdo ronda los 12 kg de CO₂e por kilogramo. Los alimentos vegetales tienen unas emisiones considerablemente menores.

Un simple cálculo matemático muestra que este vuelo de Madrid a Bruselas equivale a consumir aproximadamente 1,95 kg de carne de vacuno. Ese trozo de carne se puede cortar en casi 10 solomillos de 200 gramos o en 15 a 19 hamburguesas. El consumo de 12,9 kilogramos de carne de vacuno al año (que es la media por persona en España – ver fuente en la bibliografia) equivale, en términos de emisiones, a 6,6 vuelos de 1300 km. Y aún no se ha tenido en cuenta el impacto de otras carnes (cerdo, pollo, cordero, pescado) que son consumidos por la misma persona.

Los estadounidenses son los que más vuelan, con unas emisiones de 386 kg de CO₂e al año por ciudadano. Eso se traduce en 3,86 kg de carne de vacuno por persona. Pero consumen mucha más carne de vacuno que eso: alrededor de 37 kg por persona al año.

Una reducción del 10% en el consumo de carne compensaría por completo sus emisiones de carbono.

Una vaca. «Brindled Shorthorn cow bred at Calke», Thomas-Weaver (siglo XVIII).
Una vaca. «Brindled Shorthorn cow bred at Calke», Thomas-Weaver (siglo XVIII).

El metano y las elevadas emisiones de la carne de vacuno

Es fácil comprender que los aviones producen gases. Pero, ¿de dónde provienen esas enormes emisiones de la carne y, en particular, del ganado vacuno (~100 kg de CO₂ equivalente por kg)? Las emisiones de metano de los rumiantes son las responsables. Solo ellas representan aproximadamente la mitad del impacto total.

Además del metano, el uso de la superficie terrestre y la deforestación también contribuyen al panorama general. La tala de bosques (y, por lo tanto, la pérdida de la fotosíntesis) para pastos o la producción de piensos añade otros 25 kg de CO₂e por kilogramo de carne de vacuno.

Bueyes en el mar. Como solo Joaquín Sorolla los pintaba.
Bueyes en el mar. Como solo Joaquín Sorolla los pintaba.

¿Carne de cerdo, menos emisiones entonces mejor?

Los cerdos (12 kg de CO₂e por kg de carne) generan claramente menos gases de efecto invernadero que las vacas. La mayor diferencia radica en las emisiones de metano: los cerdos no son rumiantes. 

A pesar de las menores emisiones, la carne de cerdo no es más ética, sino todo lo contrario. Las cifras de Our World in Data en las que se basa este artículo no tienen en cuenta el coste ético, el sufrimiento de los animales en las fábricas, sobre el que hablo un poco más en mi artículo sobre la extraña paradoja de los animales que nos rodean.

El impacto de las fábricas de vacas, cerdos y aves se extiende aún más en el medio ambiente, en forma de miles de millones de toneladas de estiércol y orina, que alteran enormemente las aguas subterráneas y el suelo.

Jabalí del sur de China, Sus scrofa moupinensis, siglo XIX (Biodiversity Heritage Library)
Jabalí del sur de China, Sus scrofa moupinensis, siglo XIX (Biodiversity Heritage Library)

¿Carne y vuelos en un modo sostenible? Un mito

Los aviones y el consumo de carne tienen algo en común. No existe ninguna técnica para reducir significativamente sus emisiones a la escala a la que operan actualmente. La única forma de reducir su impacto es disminuir su uso. La ganadería y la producción cárnica sostenibles solo son posibles a menor escala (todos menos, todos un poco), véase también el artículo sobre las emisiones notablemente bajas de Argentina y cómo estas no son en absoluto el resultado de la carne de vacuno sostenible argentina. La ganadería regenerativa y la carne de animales alimentados con pasto ("grassfed") solo son fantásticas si el mercado se reduce.

Volar tampoco puede ser más sostenible. Un avión pequeñísimo puede volar con electricidad, pero esa tecnología nunca podrá extenderse a la megaescala actual debido al coste medioambiental del litio para las baterías. Se pueden hacer algunos ajustes para optimizar el consumo de combustible, pero lo único que tiene un impacto real es volar menos. Y la gente solo volará menos si se vuelve inasequible o si hay alternativas viables.

Cerdos en un bosque, Cornualles, Alfred James Munnings.
Cerdos en un bosque, Cornualles, Alfred James Munnings.

Soluciones, il Gattopardo, menos es más

Las cifras muestran que tanto volar como comer carne tienen un gran impacto, pero que las emisiones de comer mucha carne son mayores que las de volar de vez en cuando. Sin embargo, la solución no está en los sentimientos de culpa, en señalar con el dedo o en la abstinencia total, sino en una transformación cultural en la que la sostenibilidad se convierta en la norma.

Personalmente, y seguro simplificando mucho, veo una solución en un impuesto sobre la contaminación y/o la supresión de las ayudas públicas a las industrias contaminantes. Las grandes sumas liberadas podrían invertirse en alternativas más sostenibles, trenes y transporte público, turismo sostenible y un cambio en los supermercados y restaurantes para ofrecer alimentos vegetales ricos.

Menos es más. Nuestra calidad de vida, nuestro estilo de vida y nuestra salud no se verán gravemente afectados por una reducción de consumo de carne y de vuelos. Es cierto que la pérdida puede doler algo, porque los vuelos y la carne se han convertido en parte de la sociedad del bienestar. 

Pero si queremos mantener ese bienestar, algo tiene que cambiar. Me viene a la mente una frase de la novela El gatopardo (Il Gattopardo), de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, publicada póstumamente en 1958.

«Si queremos que todo siga igual, todo debe cambiar», le dijo el carismático Tancredi a su tío, que veía cómo se hundía la vieja Sicilia que tanto amaba.

«Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi».

Esto es más cierto hoy que nunca.

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Sigue leyendo sobre cómo se fabrican los fertilizantes, sobre la degradación del suelo en España y una forma especial de esta: la salinización del suelo. En mi artículo sobre los animales que nos rodean, expongo una paradoja absurda, y Jane Goodall también tiene algo que ver. El artículo sobre las supererupciones y cómo vamos a producir alimentos entonces también es divertido.  

Kathelijne: Como amante de la naturaleza y científica de la Tierra, me intriga cómo interactúan la vida, el aire, el suelo, las rocas, el océano y las sociedades en escalas de tiempo geológicas y humanas.

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Fuentes

Our World in Data, 2020, Where in the world do people have the highest CO2 emissions from flying?

Our World in Data, 2022, Carbon footprint of travel per kilometer, 2022.

Our World in Data, 2020, The carbon footprint of foods: are differences explained by the impacts of methane?

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