Machu Picchu: los incas eligieron esta cresta por su geología
Machu Picchu, ícono del Imperio Inca, es uno de los sitios arqueológicos más reconocidos y admirados de la Tierra. Los incas integraron ingeniosamente sus construcciones en el entorno natural, aprovechando la geología particular de esta parte de la Cordillera de los Andes en el sur del Perú. Construida hace más de 500 años, se encuentra en una ubicación espectacular en una estrecha cresta entre dos picos de montaña.
Autora: Dr. Roseanne Chambers. Edición española: Silvia Zuleta Romano.
Aunque nadie lo sabe con certeza, Machu Picchu fue probablemente un importante centro religioso y lugar de retiro para la familia real inca y los altos sacerdotes. Machu Picchu es reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en 2007 fue votado como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo en una encuesta global por Internet.
Las amplias terrazas, los elegantes edificios de piedra y las grandes plazas, todo ello con el dramático telón de fondo de la escarpada montaña Huayna Picchu, son un testamento de los impresionantes talentos de ingeniería y arte de los incas. La historia geológica única del desafiante sitio, combinada con un diseño y una construcción excepcionales, han hecho de Machu Picchu lo que vemos hoy en día. Pero podemos obtener una mayor apreciación del sitio al entender el entorno geológico de la región y cómo esto facilitó la construcción de la finca real.
Geología de Machu Picchu
A lo largo del borde occidental de América del Sur, desde los trópicos húmedos del Caribe al norte hasta los campos de hielo de la Patagonia al sur, la Cordillera de los Andes se extiende por más de 7.000 km. La procesión de majestuosos picos cubiertos de nieve y profundos valles forma la cadena montañosa continental más larga de la Tierra. Docenas de picos andinos superan los 5500 metros de altura, y sólo los Montes Himalaya, incluido el Monte Everest, son más altos.
Los Andes están dispuestos en una serie de cadenas montañosas distintas. Machu Picchu se encuentra dentro de la Cordillera Oriental a una altura de 2400 metros. El sitio está rodeado por exuberantes bosques tropicales verdes que se fusionan con las selvas de la cuenca del Amazonas. La estrecha cresta que ocupa la ciudadela conecta dos picos, Machu Picchu y Huayna Picchu. Las pendientes de la cresta descienden abruptamente unos 500 metros a ambos lados hasta el río Urubamba, que rodea el sitio por tres lados, un vertiginoso 500 m más abajo.
Las rocas graníticas grises y blancas subyacen en Machu Picchu y se utilizaron para todo el trabajo de piedra incaico en el sitio. Se estima que estas rocas se formaron hace unos 250 millones de años, cuando América del Sur se unió a África como parte del supercontinente Gondwana. Se originaron a partir de magma caliente en un gran depósito situado a 5 a 10 km de profundidad bajo tierra. Durante millones de años, el magma se enfrió lentamente, formando los distintivos cristales de cuarzo, feldespato, mica y otros que pueden verse hoy en día.
Doscientos millones de años después (es decir, hace unos 50 millones de años), la Cordillera de los Andes comenzó a elevarse a medida que las placas tectónicas colisionaban a lo largo del borde occidental de América del Sur. En general, este tipo de fuerzas de compresión extremas construyen cadenas montañosas esencialmente apretando la roca y forzándola hacia arriba en las montañas. El proceso de formación de montañas se conoce como orogénesis. Es como si empujáramos el borde de una alfombra y viéramos las arrugas desarrollarse y crecer alto. Pues, un proceso similar ocurre cuando se construyen montañas.
Las rocas pueden deformarse hasta un punto, pero después de que se alcanza ese límite, el estrés acumulado se libera violenta e instantáneamente en un terremoto. A medida que se libera la energía almacenada que ha sido bloqueada en las rocas, un terremoto se propagará a lo largo de una falla, algo así como abrir una cremallera o colapsar una línea de dominó. En la cordillera de los Andes, una serie de terremotos en dos fallas, llamadas la falla de Machu Picchu y la falla de Huayna Picchu, elevaron los escarpados picos con los mismos nombres y formaron la cima de la cresta donde se encuentra hoy Machu Picchu. Durante esos terremotos, una gran sección de roca bajó entre las dos fallas, formando una depresión. Esta estructura geológica es conocida como 'graben'. Machu Picchu está construida en este graben.
El plegamiento y las fallas que formaron las montañas de la región también crearon grietas, o fracturas, a lo largo de zonas de debilidad en la roca. Éstas ocurren en dos sistemas principales que se intersectan en forma de "X" debajo de Machu Picchu.
El conjunto que incluye las fallas de Machu Picchu y Huayna Picchu está orientado de noreste a suroeste; el segundo conjunto está orientado de noroeste a sudeste. Estos conjuntos de fracturas, junto con la falla de Machu Picchu, fueron factores críticos en la selección del sitio y la construcción exitosa de Machu Picchu.
Otro proceso geológico importante que se produce en la región es la tendencia a los deslizamientos de tierra, ya que las escarpadas laderas de las montañas de la región son inestables. Las elevadas precipitaciones estacionales (casi 2.000 mm al año) están descomponiendo lentamente los minerales de las rocas graníticas, proporcionando material susceptible a los deslizamientos. Al situar Machu Picchu en una cresta, los constructores incas protegieron la ciudad de estos peligros. El emplazamiento en la cima de la cresta también proporcionó excelentes defensas naturales.
Manantiales, canteras y construcciones ocultas
Los constructores incas deben haber examinado muchos sitios de montaña antes de seleccionar la estrecha cresta de Machu Picchu. Una fuente de agua confiable para la ciudad era un requisito esencial y es inusual encontrar una tan alta en las montañas. Fortuitamente, la roca fracturada a lo largo de la falla de Machu Picchu permitió que el agua de lluvia se infiltre y se almacene bajo tierra. Así, luego fluye hacia la superficie como un manantial perenne. El rendimiento de este manantial fue mejorado por un sistema de recolección de agua de bloques de piedra bien diseñado que todavía está en funcionamiento hoy en día. Una serie de largos canales y una impresionante secuencia de 16 fuentes de piedra, proporcionaban el agua ceremonial y doméstica que caía en cascada a través de la finca real. El agua más pura, en la parte superior de la serie de fuentes, estaba situada junto a la residencia del gobernante inca.
Una enorme cantidad de piedra de alta calidad era esencial para construir la ciudad. Las rocas graníticas son extremadamente duras y fuertes, por lo que eran ideales para la construcción. Una vez más, de manera fortuita, las grietas formadas durante la orogénesis han fracturado ampliamente la roca, creando una conveniente cantera natural de bloques graníticos, de los cuales muchos son 'pre-cortados' en tamaños útiles. Sin esa fuente de roca adecuada en la cima de la cresta, la construcción habría sido sumamente difícil.
Hay mucho más de lo que se ve a simple vista en Machu Picchu. Uno de los hechos más sorprendentes de la ciudad, es que se estima que un 60% del esfuerzo total de construcción está oculto bajo tierra. Las empinadas laderas de la montaña se estabilizaron con la construcción de extensas terrazas que abrieron el espacio para el uso agrícola y la construcción de edificios. Las terrazas fueron cuidadosamente ensambladas detrás de fuertes muros de bloques de roca, y con una capa inferior de cantos rodados, una capa media de grava y una capa superior de tierra. Estos profundos cimientos, y un extenso sistema de drenaje construido en las terrazas, eran esenciales para soportar las frecuentes y fuertes lluvias. El agua de lluvia que se filtraba a través de las terrazas podía drenar hacia abajo por la ladera de la montaña con una mínima erosión del suelo. Sin esta preparación del terreno, el deterioro se habría producido rápidamente al asentarse los rellenos de las terrazas y al desmoronarse los edificios.
Los elementos sagrados del paisaje
Los incas tenían un profundo respeto por el mundo dinámico que les rodeaba, y reconocían muchos rasgos naturales como sagrados y poderosos, incluyendo afloramientos de rocas, montañas, ríos, cuevas y manantiales. Al integrar deliberadamente importantes construcciones, jardines y santuarios en el entorno natural del paisaje, los incas expresaron su relación con sus dioses y sus parientes.
Los elementos sagrados del paisaje fueron imitados en forma de esculturas y edificios. En Machu Picchu, las vistas de las montañas sagradas están enmarcadas en puertas y ventanas. En algunas zonas, las rocas talladas imitan la forma de las montañas al horizonte. Se practicó la integración de un afloramiento de roca natural con mampostería contorneada en una pared de roca, en particular en un templo que se muestra en la foto de abajo. Los afloramientos rocosos también se tallaron con escalones, plataformas, nichos y canales y otras formas. Estas tallas distinguen una roca sagrada de su entorno.
Un gran descubrimiento siglos después
Durante cientos de años después de que Machu Picchu fuera abandonado por los incas, permaneció oculto a la vista. La vegetación de la selva envolvía la ciudad, y sólo la conocían unos pocos habitantes locales, incluyendo algunos que cultivaban en las antiguas terrazas. Después de que Hiram Bingham, historiador estadounidense, se topara con las murallas de la ciudad en 1911, logró la atención del mundo entero.
Para los visitantes del sitio, el espectacular entorno y el exquisito trabajo en piedra de Machu Picchu asombran por el formidable poder y los recursos del gobernante inca responsable de la ciudad. Los incas construyeron esta importante ciudad para que durara.
Y así ha sido.
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Referencias
Menegat, R., 2019, September. How Incas used geological faults to build their settlements. In Geological Society of America Abstracts with Programs (Vol. 51, No. 5).
Wright, K.R. and Zegarra, A.V., 2000, October. Machu Picchu: A civil engineering marvel. American Society of Civil Engineers.
Foto de título: McKay Savage / CC BY 2.0.
Artículo escrito por Roseanne Chambers, geóloga y geógrafa estadounidense y especializada en los Andes.
Roseanne escribe en su blog www.roseannechambers.com
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