Piroceno: la vida en un planeta de fuego

16.09.2022

El fuego parece desempeñar un papel cada vez más importante en la transformación del mundo en el que vivimos. Mientras el hemisferio norte ardió este verano con incendios forestales y olas de calor, es posible que hayamos entrado en el "Piroceno", la era del fuego. Este nombre fue acuñado por Stephen J Pyne, como alternativa al Antropoceno: la era en la que la humanidad deja una huella irreversible en la Tierra. Pero los incendios forestales no son nuevos. Veamos el fuego hoy y en el pasado.

Autor: Kathelijne Bonne. Edición española: Silvia Zuleta Romano.

El fuego es un poderoso proceso que convierte rápidamente la materia viva en dióxido de carbono y carbón. Pero no puede simplemente arder. Necesita calor (una chispa), oxígeno y material combustible. El aumento de la sequía y del calor significa que la cantidad de material combustible está creciendo. Mientras los sedientos bosques de todo el mundo esperan que llueva, corren un gran riesgo de incendiarse.

En los últimos tiempos, los incendios forestales son más grandes, más calientes y tardan más en apagarse. Se plantea entonces una pregunta: ¿hemos creado un nuevo tiempo geológico, la Era del fuego? Hasta ahora, ya hemos transformado la atmósfera, el océano y la biosfera, afectando a los flujos entre el suelo, el aire, la vida y el agua. La humanidad interfiere en la tierra con vigor geológico. 

Especialista en incendios

Conocí el término Piroceno a través de la entrada del blog de Roseanne Chambers: "Our age of fire: the Pyrocene", en la que menciona el trabajo del destacado especialista en incendios Stephen J Pyne, escritor y profesor de Arizona que ha dedicado su carrera académica al fuego. Pasó 15 años luchando contra los incendios forestales. "How humans created fire and fire made us human", es el título de su artículo de 2015 en Aeon, en el que acuñó el término Piroceno.

En su libro señala que, no uno, sino dos mundos están ardiendo: el mundo vivo a través de los incendios forestales y la vida del mundo pasado a través de la quema de combustibles fósiles.

¿Cuando empezó el Piroceno?

El inicio del Piroceno es difícil de determinar en este momento, porque aún no es un término oficial y, por tanto, no está reconocido por el comité científico especial encargado de afinar la escala de tiempo geológico. El Antropoceno sí lo es, y los científicos siguen debatiendo si situar su inicio en el comienzo de la Revolución Industrial o en algún momento de la década de 1940, cuando la lluvia radioactiva de las primeras pruebas nucleares se precipitó sobre la Tierra.

Que el Piroceno llegue a ser una época oficial depende de nosotros. Esperemos que podamos superar la era del fuego y seamos capaces de iniciar rápidamente una era de recuperación. Pero antes de seguir debemos responder una pregunta más básica aún. ¿Qué es el fuego?

Consiste en gases y partículas de hollín tan calientes que brillan y emiten luz. Con ese calor, se produce una reacción química con el oxígeno: la oxidación. La oxidación a alta temperatura se denomina combustión. Los gases que se liberan, incluido el dióxido de carbono, son visibles y brillantes hasta que se enfrían.

El fuego se puede desarrollar de diferentes maneras. Veamos a continuación.

Incendios zombis y tormentas de fuego

Los incendios forestales ya no son una excepción, sino un fenómeno recurrente. Las olas de calor, cada vez más frecuentes, preparan el terreno para las olas de fuego. Las regiones polares, como Siberia, Alaska y Groenlandia, también pueden arder, y lo hacen. Y no sólo arden los bosques; las estepas, las turberas, los humedales y el permafrost también pueden ser azotados por el fuego. Los incendios forestales latentes pueden incluso arder bajo la nieve, bajo tierra y sin que se note, hasta que las condiciones adecuadas hacen que vuelvan a estallar en la superficie. Son los llamados incendios zombis.

Otro fenómeno son las tormentas ígneas, feroces corrientes de aire que son aspiradas hacia el foco del incendio porque el oxígeno se ha consumido. Las tormentas de fuego son potencialmente mortales.

Primer oxígeno

Los bosques sólo pueden arder si hay oxígeno. Hace miles de millones de años, la atmósfera no tenía oxígeno, pero en algún momento, hace 2.400 millones de años, se comenzó a producir. Ocurrió muy lentamente, a través de la acción de las bacterias. Estas bacterias realizaban la fotosíntesis, liberando oxígeno en este proceso. La transición de una atmósfera sin oxígeno a una que lo acumula se denomina Gran Evento de Oxigenación.

Esto llevaría finalmente a la aparición de organismos multicelulares que respiran el oxígeno como los animales y los seres humanos. Las plantas también buscaron su camino hacia la luz, y realizan la fotosíntesis, al igual que las bacterias. Como un grupo produce oxígeno y el otro lo consume, existe un equilibrio.

Pero ese equilibrio es algo inestable.

Sin embargo, los ecosistemas fuertes y los instintos de supervivencia de cada organismo garantizan que se evitan grandes desequilibrios.

El amanecer de un planeta verde

Durante el Silúrico, la vegetación colonizó la Tierra. Más tarde, durante el Carbonífero (hace entre 350 y 300 millones de años), se desarrollaron bosques gigantes y densos; la Tierra se había convertido en un planeta verde. Debido a la fotosíntesis, la concentración de oxígeno había aumentado hasta el 35%, mucho más que en la actualidad. Estaban presentes todos los ingredientes de los incendios forestales: mucho verde y mucho oxígeno.

A veces se producían devastadores incendios forestales en los continentes, provocados por los rayos. Los restos carbonizados de la vida quedaron enterrados bajo los sedimentos en muchos lugares, formando gruesas vetas de carbón que hemos utilizado como combustible desde la Revolución Industrial y que seguimos utilizando hoy en día. Pero la vida fue persistente y el verdor siguió volviendo. Mientras tanto, como resultado de la enorme biomasa, se extrajo mucho dióxido de carbono del aire. Todos estos profundos cambios acabaron provocando una Edad de hielo y una ola de extinción al final del Carbonífero.

Sin embargo, estos cambios climáticos se produjeron de forma muy gradual y no habrían sido perceptibles durante la vida de un ser humano o un animal. Posiblemente hubo otras causas del cambio climático del Carbonífero, como los cambios en las corrientes oceánicas. En cualquier caso, nuevas emisiones de dióxido de carbono, procedentes de los volcanes, acabaron provocando el calentamiento y el deshielo del mundo congelado.

Fuego maravilloso

Durante los últimos 350 millones de años, los incendios ocasionales eran una parte normal de los ecosistemas. Pero hace dos millones de años comenzó la era del Pleistoceno, y entonces algo cambió: surgió la humanidad. Hace aproximadamente un millón de años, empezamos a jugar con el fuego, y el descubrimiento de que el fuego podía ser "domesticado" y controlado supuso grandes avances. Se dice que incluso influyó en el tamaño de nuestro cerebro.

El control del fuego nos ha permitido preparar la comida más rápido, matar los gérmenes, protegernos de los animales peligrosos, despejar los bosques para cazar animales o manejar el ganado, y fabricar herramientas. También el fuego tiene un rol social. Por la noche, nos reuníamos alrededor del fuego para reflexionar, soñar y contar historias. Incluso hoy en día, nos gusta contemplar las llamas bailarinas de un buen fuego. 

Los pueblos indígenas siguen utilizando el fuego en las prácticas agrícolas tradicionales, pero sus incendios son controlados y pequeños, no queman el banco de semillas del suelo.

En los mapas de incendios en tiempo real de los sitios web de la NASA y de Copernicus, se puede ver claramente cómo en los trópicos arden muchos fuegos pequeños en determinadas estaciones. Algunas semillas incluso necesitan el calor del fuego para germinar, como las de la secuoya gigante en América.

Aprendiz de brujo

Pero los grandes y frecuentes incendios forestales fuera de control, que lo abrasan todo, son extremadamente destructivos. Además de los daños materiales inmediatos y de la muerte de personas y animales, el suelo y el ecosistema tardan mucho más en recuperarse. Al mismo tiempo, la valiosa biomasa se ha evaporado en dióxido de carbono, contribuyendo al calentamiento global.

La humanidad es ahora como el aprendiz de brujo de Goethe. Hemos perdido el control sobre el fuego. De nuestro aliado ha pasado a ser un enemigo formidable. No sólo nuestro trozo de carne está en la parrilla, sino también la propia Tierra. La ramita de fuego que sostenían nuestros antepasados se ha convertido ahora en una palanca planetaria con la que, sin saberlo, "inclinamos la Tierra en una dirección peligrosa", parafraseando a Stephen Pyne.

El fuego tiene hoy muchas oportunidades de iniciarse en estos tiempos de calor y sequía. Con cada incendio, los ecosistemas se reducen y el efecto invernadero aumenta. Y así hemos entrado en una espiral autosostenida hacia la vida en un planeta de fuego.

La pregunta es: ¿hay vuelta atrás? Roseanne Chambers no puede ser más clara al final de su artículo: "existen medidas para ayudar a mitigar los peores efectos de nuestro impacto. Tenemos que aplicarlas".

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Bibliografía

Roseanne Chambers, Sept 2021, Our age of fire. https://roseannechambers.com/our-age-of-fire-the-pyrocene/

Stephen J Pyne, 2015, Aeon, How humans made fire and fire made us human https://aeon.co/essays/how-humans-made-fire-and-fire-made-us-human

Stephen Pyne website: https://www.stephenpyne.com/index.htm

Wikipedia: Pyrocene, Anthropocene, wildfire and related pages.

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